jueves, 31 de marzo de 2011



Creo ya he encontrado la solución, mi solución,
Y es no enamorarme de las personas, ya que no sé
O al menos no sé hacerlo bien.
Sino enamorarme de las cosas, puede parecer materialista
Pero no, no es de los objetos de lo que estoy enamorada
Sino de los atardeceres primaverales y todos sus colores,
Del olor del café que me espera cada mañana para despertarnos juntos,
De las uvas con queso que saben a besos,
De la manera en que caen los copos de nieve,
De la forma en que el sol ilumina los edificios
Y de su calidez sobre mi piel,
De los abrazos de mi madre,
De la satisfacción del trabajo (bien) hecho,
De las sonrisas cómplices que me hacen sentir bien,
De la emoción de recibir un regalo,
De ver las nubes estando sobre ellas,
De la sensación que provoca una ráfaga de olor repentino
que te transporta a un momento casi olvidado, y sonríes,
De descubrir cosas que (piensas) sólo tú puedes ver,
De bailar en cualquier momento, en cualquier lugar,
Simplemente porque me apetece, y de que haya alguien que me siga…
De todas esas cosas que surgen sin ser previstas, todo eso que no esperas
Porque esas cosas nunca te decepcionaran y las encuentras a diario.
Sin embargo las personas, puedes estar toda la vida esperándolas,
esperando un momento, un gesto, un…
algo que nunca llega o si llega, casi siempre es decepcionante.

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