martes, 22 de febrero de 2011

+ 1 mirada inesperada



Trás haber mantenido más de 100 soliloquios,
tantos como cafés que acompañan mis quebraderos de cabeza,
sigo sin comprender bién cuál es el problema.
Me dedico a obsevarte, desde la distancia,
aprovechando mi invisibilidad ante tus ojos,
creyendo y (des)esperando que no te percates de nada,
conozco mejor tus movimientos, gestos y palabras
que cualquiera que este hablando contigo,
pero nunca se dirigen a mí.
Paso torpemente (como siempre) ante tí
sin saber por qué me tiemblan las piernas,
y nuevamente (des)esperando que no te hayas dado cuenta.
Mientras te miro se me ocurren mil cosas que podria decirte
algunas incluso te harían gracia, estoy segura,
sin embargo cuando de repente me hago visible para tí,
e inesperadamente te diriges a mí,
soy incapaz de decir nada, las ideas tan ocurrentes
que inspiradas en tu perfección lejana venían a mi mente
desaparecen y sólo queda un cúmulo de palabras absurdas
que se agolpan en mi garganta saliendo desordenada e inconscientemente,

y respiro intranquilamente esperando que ese desorden
encuentre algún sentido en tus oidos
y no haber vuelto a cagarla...

miércoles, 16 de febrero de 2011

Táctica y estrategia


Mi táctica es
mirarte
aprender cómo sos
quererte como sos.

 
mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible.

 
mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos. 


mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos.

 
no haya telón
ni abismos.

 
mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple

 
mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.


M. Benedetti 

sábado, 12 de febrero de 2011



Cuando acaba el día, lo que todos deseamos es tener a alguien cerca.
Guardar las distancias y fingir que no te preocupan los demás, no es más que una sarta de mentiras.
Elegimos a las personas que queremos que estén cerca; y cuando las hemos elegido, nos quedamos junto a ellas. Aunque les hagamos daño.
La gente que se queda contigo cuando el día llega a su fin, es la que merece la pena conservar. Aunque a veces cerca, es demasiado cerca.
Sin embargo, a veces, la invasión de tu espacio personal es lo que necesitas.

(G.A.)

miércoles, 9 de febrero de 2011

domingo, 6 de febrero de 2011

 

 Un detalle, un gesto, una mirada... una palabra...
evita en según que circunstancias de la vida, que tu cuerpo se debilite y caiga en las zarpas del desaliento.
Dentro, muy dentro, en el alma las palabras golpean las sienes.
Traílla de letras que, furiosas, una tras otra muerden impacientes por hacerse descubrir.
Quizás sean irreales, quizás esa palabra solo brille en tus necesitados oídos.
Puede que esa mirada, solo la esculpa tus míseras retinas.
Probablemente, ese gesto solo sea apreciable por tu esencia solitaria...
puede que ese detalle, unicamente lo perciba tu corazón en su lacerante tristeza...
Sin embargo, cuando figuran como verdaderas, a esa mirada, a ese detalle, a ese gesto,
a esa palabra nos asimos, con firmeza...
 porque solamente así conseguimos sobrevivir el día a día.