viernes, 21 de diciembre de 2012

Cuestión de almohadas

"A veces me han hecho esa pregunta tan inútil: ¿Qué te llevarías a una isla desierta? 
Y siempre pienso lo mismo: mi almohada.
Aunque no sé por qué acabo diciendo: un buen libro y un excelente vino, utilizando siempre estos dos adjetivos tan poco acertados.
Y lo cierto es que tardas años en hacer tuya una almohada; cientos de dormidas para darle esa forma tan especial que la define y que tanto te atrae y te lleva al sueño. 
Al final, sabes cómo doblar la almohada para conseguir el sueño perfecto, cómo girarla para que la temperatura no sobrepase la que te gusta. Ojalá pudiésemos saber tanto de las personas que amamamos y duermen a nuestro lado. 
Las almohadas llevan en su interior parte de tus pesadillas, de tus problemas y de tus sueños. Y es por esa razón por lo que les ponemos esas fundas: para no ver los rastros de nuestra vida. A nadie le gusta verse reflejado en un objeto."


Todo lo que podríamos haber sido tú y yo sino fuéramos tú y yo

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