UNO
Quisiera decir lo que pienso,
Pero detrás de estas paredes
Sólo siento el silencio de las palabras
El vacío de las voluntades ajenas
El sufrimiento desvanecido
De aquellos que me faltan.
Tras el anhelo de si presencia
Más allá de la esperanza
Queda el halo prohibido
De la inerme piel desértica
De la nada absorbente del todo
Como el agujero negro cósmico.
Gran falacia mundana de viejos sueños
Palabras huecas en el vacío del instante
Muertas y ensombrecidas vidas perdidas
Abismos ignotos ávidos de remotas esperanzas
La ausencia, tu ausencia, su ausencia
Me llena de inmortales olvidos.
Puertas adentro, historias mínimas
De silencios absolutos y vidas sonoras
Interrogantes infinitos, futuros inciertos
Vidas en penumbre, solícitas de consuelo
Vahos de ausencias, recorridos intensos
Fieles acogidas de relatos vividos
Silencios rotos por agónicas existencias.
Apostar por un futuro, siempre abierto
Con la esperanza de un ideal propio, intransferible
Comprensible por otros en sus diversas interpretaciones
Intersecciones con sus propias biografías.
JAIME E. GARCIA VILAR, O PAPÁ =)
(esta es una parte de un poema que escribió mi padre)
jueves, 22 de diciembre de 2011
sábado, 3 de diciembre de 2011
MERODEAS por los alrededores
de mi dolor. No penetras, no acosas
tan siquiera su abrigo.
Eres como una chispa,
una pavesa, como el humo
sobre el incendio de mi corazón.
Creces como la nube
desde el océano, sin un punto
de contacto; como el olor que, ajeno
a su origen, delata una presencia.
Mundos girando en órbitas cercanas,
conscientes de que un roce supondría
su destrucción. Acordes cuyas notas
son armónicas gracias a los mismos
tonos que las separan.
Te mantienes al borde
de mi dolor y es esa
distancia, ese espacio que interpones
lo que nos une.
RAFAEL GUILLÉN
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