domingo, 6 de febrero de 2011

 

 Un detalle, un gesto, una mirada... una palabra...
evita en según que circunstancias de la vida, que tu cuerpo se debilite y caiga en las zarpas del desaliento.
Dentro, muy dentro, en el alma las palabras golpean las sienes.
Traílla de letras que, furiosas, una tras otra muerden impacientes por hacerse descubrir.
Quizás sean irreales, quizás esa palabra solo brille en tus necesitados oídos.
Puede que esa mirada, solo la esculpa tus míseras retinas.
Probablemente, ese gesto solo sea apreciable por tu esencia solitaria...
puede que ese detalle, unicamente lo perciba tu corazón en su lacerante tristeza...
Sin embargo, cuando figuran como verdaderas, a esa mirada, a ese detalle, a ese gesto,
a esa palabra nos asimos, con firmeza...
 porque solamente así conseguimos sobrevivir el día a día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario